DOMINGO 18 CICLO C
"LO QUE HAS ACUMULADO ¿DE QUIEN SERÁ?
1. Desde el domingo 12 hasta el 18, Jesús nos ha venido ofreciendo en el evangelio, las notas esenciales que deben caracterizar a sus discípulos, que deben seguirle cargando con su cruz cada día (domingo 12); la mansedumbre, la decisión de permanecer con él, y las exigencias del reino (domingo 13); la designación de los 72, y las normas concretas para la evangelización (domingo 14); la caridad como la del samaritano (domingo 15); la escucha de la palabra (domingo 16); la eficacia de la oración (domingo 17); y el valor supremo del Reino, superior a los valores humanos (domingo 18).
2. Talleyrand, político francés, y hombre con una vida muy agitada y azarosa, cargado de honores y de títulos, cuando estaba a punto de morir, se levantó de la cama y comenzó a abrazar sus muebles y sus joyas, y a cada objeto que abrazaba preguntaba: ¿También esto lo he de dejar?
3. "Hay quien trabaja con sabiduría, ciencia y acierto, y tiene que dejarle su porción a uno que no ha trabajado".
4. Jesús nos cuenta la parábola de un hombre rico que consiguió una gran cosecha que desbordaba su almacén, y se vio forzado a ensancharlo; y cuando ya tenía almacenado todo el grano y el resto de su cosecha, se dijo a sí mismo: No te acabarás lo que tienes, disfrútalo, date buena vida, come y bebe todo cuanto quieras. Pero Dios le dijo: "Necio, esta noche vas a morir. ¿Para quién será lo que has acumulado?" Lucas 12, 13.
5. Los valores más apreciados por la sociedad son las riquezas, y el poder. Se planea una civilización del bienestar, con un horizonte cerrado, que no piensa en los demás, próximos o lejanos. Anestesiada por su confort y despilfarro, contempla impasible las imágenes de la pobreza y de la miseria, sin que su conciencia le reproche su mesa repleta, su confort y su derroche. Una sociedad que no piensa más que en vivir en este mundo, como si todo acabara con la muerte. Una civilización regresiva donde predomina la ley del más fuerte, llena de sí misma, suficiente y agresiva, prepotente y deshumanizada. Una sociedad que no duda en cerrar la puerta de la vida a los intrusos que se atreven a nacer y a disputar un plato más o un puesto más en el banquete de la vida, que quieren para ellos solos.
Toda la riqueza que acumulan, sin reparar en la licitud de los medios, ni en los destrozos que causa a su alrededor, con la droga, que envenena la vida de una innumerable multitud de jóvenes, con la corrupción y la mordida ¿quién la va a disfrutar?
6. A este mundo moralmente enfermo Jesús le abre una ventana de emergencia, la riqueza del reino suyo. La riqueza que no pasará, los tesoros que no pueden ser robados, ni roidos por la polilla.
7. Jesús califica de necio al rico que ha obrado así. Porque quiso ser rico para sí mismo, y no para el reino y para los ciudadanos del reino, con quienes debió haber compartido sus bienes almacenados, ambicionando y codiciando más tener que ser, creyendo que no había de morir nunca. Si hubiera sido rico en virtudes; si hubiera almacenado en el cielo, ahora que va a morir, sabría que le estaban esperando los pobres con quienes había compartido el fruto de su trabajo, para abrazarle en las eternas moradas.
8. Jesús, que busca nuestro bien supremo, y que sabe que la sociedad que desdeña sus palabras no es más feliz, sino que tiene mayor índice de inseguridad, aún aquí, y más criminalidad y mayor número de neuróticos, sigue invitando diciéndonos estas verdades tan fundamentales hoy: "¡Ojalá escuchemos hoy su voz, y no endurezcamos nuestro corazón" Salmo 94.
9. San Pablo nos invita a "buscar los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios, y no los de la tierra" Colosenses 3, 1. Pero ese arriba ya está aquí abajo, y consiste en estar abiertos al reino; en estar ya trabajando por realizar el reino ahora ya; compartiendo nuestros bienes aquí. Cristo nos enseña a seguir una nueva tabla de valores en la que nuestra vida como don para los demás pase a primer término. Con la certeza de que "buscando primero el reino de Dios, todo lo demás se nos dará por añadidura".
10. La palabra es eficaz y está obrando en nosotros la vida, escondida con Cristo en Dios, en quien nos está salvando y con él resucitando. Y obrará la eucaristía, nuestra fuerza y esperanza, don de su amor inefable, que nos aprovechará para nuestra salvación.
P. JESUS MARTI BALLESTER
jmartib@planalfa.es