12 DE JUNIO

SAN JUAN DE SAHAGÚN

http://catholicsaints.info/wp-content/uploads/img-Saint-John-of-Sahagun1.jpg

También llamado Juan Facundo González del Castrillo, debe su nombre a su lu­gar de nacimiento, Sahagún, localidad leonesa, y al monas­terio de San Facundo. Hijo de hidalgos leoneses, se educó en los benedictinos de su pueblo natal, pero ingresaría al final como agustino. En Burgos continuó sus estudios siendo primero paje del famoso obispo Alonso de Cartagena, después canónigo y por fin sacerdote.

No tenía veinte años cuando nuestro santo disfrutaba ya de innumerables beneficios y honores; sintiendo que no había hecho nada para merecerlo, renunció a sus cargos para marcharse a Salamanca. Allí compaginó sus estudios en la universidad con el cargo de simple párroco en Santa Gadea.

Salamanca ardía en plena guerra civil entre dos bandos, los Monroyos y los Manzanos; noticioso el Santo de las desdichas de la ciudad, se presentó en el lugar reconciliando a los enemistados: admirados de su elocuencia, le ofrecieron una cá­tedra en la ciudad y ejerció como profesor de letras.

 Posteriormente decidió hacerse monje, repartió todo lo que tenía entre los pobres e ingresó en la orden de ermitaños de San Agustín, siendo maestro de novicios y prior del convento de Sa­lamanca. Sin embargo, Juan no tenía nada de ermitaño: era conocido en toda la ciudad como el “fraile gracioso”, a causa de su carácter risueño y sus continuas bromas. Se dice que sus misas eran interminables, ya que en la consagración se le aparecía Cristo en la Sagrada Forma y se ponía a charlar con Él, olvidándose por completo de los feligreses. A pesar de todo, la gente acudía para escucharle: era enternecedor presenciar sus conversaciones con el Salvador y sus homilías tenían fama de excelsas. No obstante, nuestro santo se ganó muchos enemigos porque era implacable con la hipocresía y desde el púlpito denunciaba a los nuevos fariseos.

Logró convertir a un señor de la nobleza que había llevado una vida de lujuria quien se internó en el convento con san Juan; la compa­ñera que vivía de sus pecados juró vengarse y logró enve­nenar al insigne predicador que lo convirtió, muriendo el 11 de junio de 1479; sería canonizado en 1690; la ciudad de Salamanca y de Sahagún lo veneran como patrono principal.