24 DE JULIO

SANTA CRISTINA (300)

 

 

Retrato de Santa Cristina de Bolsena

 

La historia de Santa Cristina permanece en los umbrales entre lo real y lo fantástico, y muchos temen que no sea sino el eco de una leyenda orien­tal. Sin embargo, le ocurre lo mismo que a San Jorge: si lo que se cuenta de ella no es verídico, la devoción de tantos cristianos a través de los siglos sin duda ha hecho que, en un plano espiritual, cobre algo de realidad.

Cristina era hija del gobernador de Tiro, en la Toscana, y su padre era un pagano muy comprometido con la persecución de los cristianos. La niña a menudo presenciaba las confesiones de los mártires junto a su pa­dre, y todo aquel valor fue haciendo mella en su corazón, que pronto abrazó a Cristo.

Un día Cristina entró en el cuarto de su padre, encontrando allí varios ídolos de oro y plata. Los rompió en pedazos y repartió el valioso metal entre los pobres. Cuando su padre se enteró de lo que había hecho, dedu­jo que su hija se había vuelto cristiana, y se dispuso a devolverla a la re­ligión del Imperio. La niña, sabiamente, respondió que nunca podría creer en unos dioses que ella misma podía romper con sus manos.

El gobernador intentó con todas sus fuerzas apartar a su hija de aque­lla creencia, que él tenía por locura o hechicería. Al ver que no obtenía ningún resultado, la mandó azotar, rasgando sus carnes con garfios de hie­rro. La niña afrontó las torturas con valor, y ocurrieron muchos milagros que dificultaban los tormentos. Finalmente, fue atada a un madero y asaetada por los soldados de su padre.