DOMINGO 4 DE PASCUA - CICLO A

EL SEÑOR ES MI PASTOR

 

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         1. En la alegoría del pastor y las ovejas Jesús se dirige a los fariseos. Ellos son los falsos pastores, los ladrones y bandidos, que trataban a su pueblo despiadadamente, basándose en una interpretación de la Ley que en vez de liberar, les esclavizaba. No buscaban el bien del pueblo, sino su propia ventaja, brillo, ostentación e interés. Jesús, por el contrario, es el verdadero Pastor, el que entra por la puerta del aprisco, y no "por otra parte" fraudulentamente, con mentiras, trampas, influencias, cobismo, manejo del incensario, intereses creados. La puerta por la que ha entrado Jesús es su obediencia a la misión del Padre.

 

         2. Al redil, que es la cueva donde se recogen por la noche las ovejas, se entra por un agujero, a cuya entrada duerme el mismo pastor y las ovejas entran y salen por encima de él. Así se comprende que Jesús diga: "Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y encontrará pastos. Nadie viene al Padre sino por mí. Todos los que han venido antes de mí son bandidos y ladrones" Juan 10, 1.

        

         3. Con la misma libertad con que Jesús habla a los fariseos, Pedro, el día de Pentecostés, echó en cara a los jefes religiosos del pueblo: "Al mismo Jesús, a quien vosotros crucificasteis, Dios lo ha constituido Señor y Mesías... ¿Qué tenemos que hacer, hermanos? Convertíos y bautizaos en nombre de Jesucristo para que se os perdonen los pecados" Hchos 2, 1. 

 

         4. "Yo he venido para que tengan vida abundante". El deseo de Jesús es que sus ovejas, nosotros, vivamos una vida sana, vigorosa, pujante, y no enfermiza, raquítica y anémica. Para  alimentar esa vida se entrega él mismo, y quiere que comamos su carne y que bebamos su Sangre: Para eso "Cargado con nuestros pecados subió al leño para que, muertos al pecado, vivamos para la justicia. Sus heridas os han curado. Andabais descarriados, pero ahora habéis vuelto al Pastor y guardián de vuestras vidas" 1 Pedro 2, 20.          

         "Él llama por su nombre a las ovejas". Con ese amor nos ha amado el Padre, hasta llegar a elegirnos para ser hijos de Dios. "Conozco mis ovejas y mis ovejas me conocen, como yo conozco al Padre"(Jn 10,14). Conoce a todas y a cada una. En sentido bíblico, este conocimiento es amoroso.

 

         5. Siguiendo a San Agustín dice Sto. Tomás, que conocer por el nombre denota familiaridad y predestinación. Familiaridad porque llamamos por su nombre a los que estamos unidos por amistad familiar. Cuando Jesús dice que nos conoce por el nombre quiere decir que tiene un conocimiento de la naturaleza y del ser de cada uno: de lo que Dios quiso que fuéramos, de lo que somos y de lo que podemos llegar a ser. Tiene predestinación: Dios no crea a los hombres en serie, sino uno a uno; cada uno es irrepetible. No hay dos iguales, ni en lo físico, ni en lo moral, ni en las circunstancias de la vida, ni en la vocación.

 

         6. Dios Padre está cerca de los hombres en todo el curso de su vida. El "rige y apacienta acomodándose a la necesidad de cada uno, pues el mejor gobernante no es el menos flexible" (Fray Luís de León, citando a Platón). "El nos llama y nos corrige, y nos lava y nos sana y nos santifica y nos deleita y nos viste de gloria. El administra lo que a su grey conviene; que él la apasta y abreva y la trasquila y la castiga y la reposa y la recrea y hace música y la ampara y defiende". Ese amor está reflejado en el de María, cuyo ejemplo deben seguir los que están dedicados a cooperar con la Iglesia para regenerar a los hombres: "La Virgen en su vida fue ejemplo de aquel afecto materno con el que es necesario estén animados todos los que en la misión apostólica de la Iglesia cooperan para regenerar a los hombres" (LG 65).

 

         7. "Las ovejas oyen y conocen su voz". Escuchan la palabra de Dios, que levanta el alma caída, desinfla la hinchada, corta lo superfluo, suple lo defectuoso y sana las almas. Es más penetrante que espada de dos filos (Heb 4,12) que corta lo que estorba y lo que impide el crecimiento de las virtudes evangélicas. No nos cansemos de estar en su rebaño, y de oír su palabra adelantándonos a sus deseos, cumpliendo fielmente sus mandatos y dejándonos alimentar con su cuerpo y Sangre, como ovejas dóciles y sencillas.

 

         8. Así es como puede actuar hoy en nosotros, como Pastor que nos guía por el sendero justo, y nos prepara la mesa enfrente de nuestros enemigos. Y nos conducirá a las praderas verdes de la gloria inmortal Salmo 22, donde veremos, le comeremos, y le gozaremos. Amén.

 

P. JESÚS MARTÍ BALLESTER

jmartib@planalfa.es